Disclaimer: esta es una historia que se basa en uno de los mejores personajes creados por la adorada J.K. Rowling.
No, no es Harry Potter, es Severus Snape. (Desearía que Rowling me lo regalara. Jeje.)
Aclaración: Es una historia de pocos capítulos. Contiene lemon o escena de sexo explicita, así que ya saben, para
mayores de 16 años.
Capítulo 3: Vampiros
A la mañana siguiente, Ayshane se despertó entre las suaves sábanas de seda. Su cuerpo aún recordaba el placer
experimentado y por eso se sonrojó. Boreas dormía a su lado, con la mano sobre su cintura. El vampiro, era todo un
experto en el arte del placer, y casi la lleva a la locura. La belleza que poseía era tal, que incluso parecía lastimar los
ojos. Era difícil poder resistirse ante tanta hermosura, y sin embargo, la joven no podía quitar de su mente a su
profesor de pociones.
Era cierto que el hombre había cambiado, tenía cierto encanto de vampiro, pero conservaba principalmente su
apariencia humana. Así era como lo veía Ayshane, sin saber que era su verdadero amor por él, lo que le impedía ver
la enorme transformación que había sufrido Snape. Los otros alumnos, se quedaban boquiabiertos al verlo, incluso
los hombres, algo que molestaba notablemente al sombrío profesor de pociones.
Conciente de la influencia de vampiro en su apariencia, Severus creyó que la joven no lo amaba, sino que solo estaba
hipnotizada. Por eso, se había molestado y la despreció. La noche fue una verdadera tortura para él, quiso irse lejos
pero no podía salir de su habitación, quería escuchar el momento exacto en que la perdería. Escuchó atentamente,
cada sonido que la joven emitía, al igual que olía con cuidado el aroma que provenía de la habitación contigua. Eso
fue su pequeña tortura privada, nada comparable al cruciato. Sentir como segundo a segundo la perdía lentamente,
fue algo que casi lo vuelve loco. Esa tortura duró casi toda la noche, hasta que los pequeños rayos del sol, anunciaron
la llegada del alba. Boreas había gritado satisfecho y luego, solo el latido acelerado de la joven, era todo lo que se
podía escuchar.
- Buenos días.- Dijo Boreas con una sonrisa.
- Buenos días.- Respondió Ayshane avergonzada.
- Estuviste increíble.- Le dijo el vampiro con picardía. Ella no supo que contestar. - Puedes bañarte, luego iremos a
desayunar.-
- Si.- Fue lo único que alcanzó a decir.
- Ayshane …-
- ¿Si?-
- No eres mi compañera de sangre, aún eres libre. No te voy a obligar a estar conmigo.- Dijo Boreas y la joven entró
en el baño. Se duchó rápidamente y se sorprendió al ver un juego de ropa preparado para ella. Se cambió y salió
hacía la habitación, en donde el vampiro la esperaba con una sonrisa. - Verdaderamente hermosa.-
- Gracias.- Respondió apenada.
- Vamos a desayunar.- Dijo el vampiro, extendiéndole su mano. La joven la tomó y traspasaron la puerta. En el pasillo,
se encontraron con Snape.
El profesor de pociones, miró a la joven que esquivó su mirada.
- Buenos días.- Saludó Boreas, atrayendo a la castaña aún más cerca suyo y tratando de provocar al morocho.
- No sé que tienen de buenos.- Gruñó Snape, en contestación.
- Ser un solitario, te hace amargado.-
- No todos abusamos de nuestra naturaleza de vampiro.- Siseó molesto, sin poder quitarle los ojos a la joven.
Mirándole el rostro y notando las ojeras y la palidez, algo que lo enfureció. Boreas había bebido demasiado de ella.
- Yo no lo hago. Solo uso lo que la naturaleza me ha dado.-
- Te has sobrepasado. Bebiste demasiado, puedes matarla.- Gruñó tratando de contener su furia.
- Sí, algunas veces suele pasarme. Sobre todo cuando la fruta es tan deliciosa.-
- Eres un …-
- ¡Boreas! ¡Severus!- Dijo el director. - Tenemos una reunión en la sala de profesores, por favor, acompáñenme.-
- Por supuesto, Albus. Bombón te veo luego.- Dijo Boreas y se marchó, siguiendo al anciano. La castaña se sonrojó y
no supo que responder. Sin embargo, Snape no se había alejado. La sujetó por el brazo y la arrastró hasta su oficina.
Abrió su armario privado y tomó varios frasquitos de pociones.
- ¡Bebe!- Le ordenó.
- ¿Para qué?-
- Esta es para que recuperes las fuerzas, casi te desangra.-
- Como si le importara.- Murmuró la joven, sin tomar el frasco. Severus se enfureció y la sacudió con fuerza.
- ¡SÍ ME IMPORTAS!- Bramó, mirándola intensamente. - Ahora, bebe.-
- Esta bien.- Gruñó la joven y bebió el contenido del frasquito.
- Bien, ahora toma esta.-
- ¿Qué es?-
- Para … para que no quedes embarazada.- Respondió el morocho, apartando su mirada.
- No la necesito.-
- ¿Qué no? ¿Quieres tener un hijo con él?-
- ¡No! No lo hicimos.-
- Los escuché.- Siseó furioso.
- No tuvimos relaciones.-
- ¿Crees qué soy idiota?-
- No. Pero le digo la verdad, él no me penetró, así que no puedo quedar embarazada.- Respondió avergonzada y
Severus pareció suspirar de alivio.
- Bien, ya debo irme. Vete a desayunar.-
- Como diga.- Respondió la castaña y se marchó azotando la puerta. Dejando a Severus completamente confundido.
Un rato más tarde, cuando el plantel docente estuvo completo en el Gran salón. Dumbledore hizo un anuncio.
- Quiero comunicarles a todos ustedes, que hemos encontrado un nuevo profesor de Defensa Contra las Artes
Oscuras, por favor, denle la bienvenida al profesor Boreas.-
- ¡Gua! Es muy atractivo.- Decían varias chicas, al contemplar al vampiro.
- Alumnos, por favor, silencio.- Dijo McGonagall.
- Aún tengo que comunicarles algo más.- Dijo el director. - Cómo muchos habrán notado, el profesor Boreas, es un
poco inusual. Es un vampiro y ya saben como deben manejarse ante él. Lo hemos explicado varias veces, desde la
conversión del profesor Snape. Si aún quedan algunas dudas, acérquense a consultarle a los profesores. Ahora sí,
eso es todo. Disfruten del desayuno.-
- ¡Un vampiro!-
- Es muy guapo.-
- Quisiera que me mordiera.-
- Es más atractivo que Snape.-
- ¿Tendrá compañera de sangre?-
Eran todos los comentarios, que se escuchaban en las mesas de las cuatro casas. Se había armado un gran revuelo,
sobre todo entre las chicas que fantaseaban con poder acercarse a alguno de los dos vampiros. Cada uno tenía sus
atractivos, pero ambos emanaban una sensualidad que era como un fuerte afrodisíaco que los hacía sumamente
deseables, incluso entre los más pequeños. Severus seguía sin poder quitarle la vista de encima a la joven gryffindor.
No había bebido en casi dos días y tampoco pudo probar ningún bocado, al no poder digerirlo sin la presencia de
sangre en su estómago.
Ayshane se arriesgo a mirar a la mesa de los profesores. Boreas se alimentaba como si se tratara de su última cena,
mientras que el frío y amargado profesor de pociones, miraba su plato con expresión de asco. La joven se preocupó,
si su profesor no se alimentaba pronto, se iría debilitando o peor, se convertiría en un salvaje.
Estaba segura de que cualquiera de sus compañeras, se ofrecerían a darle sangre, pero solo si se convertían en
compañeras y no en dadoras. Todas fantaseaban con experimentar el placer carnal que sentía una compañera de
sangre, mientras que para una dadora, las cosas eran más incómodas e incompletas. La castaña recordó un poco de
lo que había experimentado la noche anterior, solo un atisbo de lo que verdaderamente sentía un compañera de
sangre. Y su cuerpo respondió excitándose, su sexo se humedeció y sus pechos se endurecieron, era como entrar
en celo. El aroma de su acaloramiento llamó la atención de ambos vampiros, que la observaron detenidamente y ella,
avergonzada, apartó la mirada.
En la clase de DCAO, los alumnos bombardearon a preguntas a su nuevo profesor. Todas, relacionadas con su
condición de vampiro.
- Como todos sabrán, los vampiros no somos inmortales como lo dicen los dichos populares.- Explicaba Boreas. -
Sino que vivimos mucho más que un mago o una bruja, podemos vivir durante milenios y envejecemos muy
lentamente. El corazón de un vampiro promedio late una vez por día, mientras que el del humano promedio late 72
veces por minuto. Es por eso que seguimos siendo en parte humanos y como tal, necesitamos no solo beber sangre,
sino también alimentarnos. También nos permite tener hijos con nuestra compañera de sangre.-
- ¿Profesor?-
- Señorita Brown, ¿Qué desea?-
- ¿Podría explicarnos sobre las compañeras de sangre?-
- Por supuesto, eso algo que les gusta a la mayoría. No solo existen vampiros machos, sino también hembras. Todos
tenemos la necesidad de encontrar a un compañero de sangre, que debe tener ciertas características, para empezar
ser de sexo opuesto y segundo, ser más jóvenes que nosotros. Eso es relativamente fácil, porque la mayoría
llevamos viviendo en este mundo durante siglos.-
- ¿Cómo eligen a una compañera de sangre?- Preguntó Parvati.
- Señorita Patil, elegir a una compañera es algo muy especial. Es lo que ustedes llamarían amor a primera vista, solo
que no solo esta involucrado el sentido de la visión, sino también el del olfato y algunos más. Una compañera, tiene un
aroma exquisito, prácticamente irresistible para nosotros, es algo así como si estuviéramos en la misma sintonía.-
- ¿Sí ya tienen novia, antes de convertirse, qué sucede después?- Preguntó Dean Thomas.
- Buena pregunta. Si el amor es verdadero y profundo, la mujer no se ve afectada por el encanto vampiro que se
desarrolla luego de la conversión. Sigue viéndolo como si nada hubiera ocurrido y en cuanto al vampiro, por lo general
la toma como su verdadera compañera.-
- ¿Cómo marcan a su compañera?- Preguntó Pansy Parkinson.
- Los vampiros suelen tener, en un principio, dadoras regulares. Y generalmente, se alimentan en la zona de la
muñeca, otros prefieren el cuello y algunos otros, preferimos los pechos. - Explicó, mientras las jovencitas se
sonrojaban imaginándose esa escena, junto al vampiro que les hablaba. - Cada vez que nos alimentamos dejamos
una pequeña marca en la región, que indica que esa persona se trata de una dadora regular. Eso no implica que
siempre nos alimentemos del mismo lugar, podemos hacerlo de otros sitios y algunos especialmente, cuando
establecen cierta intimidad y confianza con su dadora, se alimentan en el sexo del dador.- Al escuchar este
comentario, las chicas se sonrojaron aún más y varias se humedecieron, mientras que los chicos pusieron cara de “Ni
loco me muerden ahí.”- Ahora bien, a una compañera de sangre, la marcamos de forma diferente.- Siguió diciendo
Boreas. - En el momento en que copulamos, las mordemos en el cuello, dejándole nuestra marca, se crean un sello
mágico alrededor de la mordida, que indica que esa persona es ahora una compañera de sangre. Es algo que el
vampiro debe desear con todas sus fuerzas y por eso se realiza durante el acto sexual.-
¿Cuántas compañeras de sangre pueden tener?- Preguntó Draco Malfoy.
- Una y solo una, es una unión de por vida.-
- Pero son mortales, las compañeras son humanas, viven menos.- Dijo Millcent.
- La mayoría de los vampiros, terminan por convertir a sus compañeros de sangre en vampiros. De ese modo, se
pueden alimentar mutuamente y no requieren de dadores. Sin embargo, aquellos que prefieren no hacerlo, sus
compañeras viven el mismo tiempo que ellos. Solo cuando el vampiro muere, su compañera muere al mismo tiempo,
aunque sea humana. Eso es algo, que aún no se ha podido explicar.-
Luego de la clase los chicos se marcharon comentando sobre los vampiros. Ayshane no pudo resistirse y bajó a las
mazmorras. Golpeó la puerta de la oficina del profesor de pociones y …
- Adelante.- Gruñó el hombre desde el interior. La joven entró lentamente y su aroma provocó la desesperación del
morocho.
- Permiso.- Dijo tímidamente.
- ¿Qué quieres?- Preguntó bruscamente, tratando de controlar su deseo por ella.
- Tiene que alimentarse.-
- Te he dicho que eso no es asunto tuyo.-
- No ha desayunado, eso quiere decir que no ha bebido sangre.-
- Vete.- Le gruñó Snape, aferrándose a la mesa. Pero nuevamente Ayshane, lo ignoró. Se acercó lentamente y le
acarició el rostro. Solo esa muestra de afecto, ocasionó que el hombre se relajara.
- Déjeme ayudarlo.-
- Creí que te gustaba Boreas.- Le espectó, desviando la mirada.
- No es tan así.-
- Pues a mí, me lo pareció, después de escuchar lo de anoche.-
- Estaba molesta con usted. Nunca pensé que terminaría en la cama con otro vampiro.- Le gruñó molesta y Snape la
taladró con la mirada.
- No puedo creer lo que me digas.-
- ¿Por qué no?-
- Porque todo se debe a que ahora soy irresistible.-
- Sí, seguro. Sigue siendo el mismo amargo, frío y gruñón profesor de pociones de siempre, ¿Qué hay de atractivo
en eso?-
- Me refiero a mi apariencia, no ha mi forma de ser.- Le gruñó en contestación.
- Bueno … puede ser que sea un poco más bonito que antes, pero no demasiado. Supongo que es algo que se va a
acentuar con el tiempo.-
- ¿Qué?- Le preguntó confundido. - ¿No me ves diferente?-
- Quizás un poco … tiene los dientes más blancos y parejos, pero en realidad … no le veo nada más. Tal vez …
alguna arruguita menos.- Respondió sonrojándose y Snape la miró intensamente.
- ¿Quieres decir que para ti no he cambiado?-
- Salvo lo que le acabo de decir, no.-
- Estas mintiendo.- Le gruñó.
- ¿Por qué habría de hacerlo?-
- Porque todas, han tratado de seducirme. Todas quieren probar el placer carnal que ofrece un vampiro, y tú, has
sentido algo muy cercano a eso con Boreas. ¿A caso quieres la segunda vuelta conmigo?-
- Es desagradable.- Dijo la castaña y se marchó, azotando la puerta.
Nota de la autora:
Severus definitivamente es un cabeza dura … pero que se le va a hacer, así nos gusta, ¿O no?
Kia Amiga! Por lo menos no nos peleamos por los vampiros ... tú te quedas con los tuyos y yo con mi Zsadist ... jeje ...
y aquí otro nuevo capi. Aunque no tiene mucha acción, es más bien explicatoria, espero que te guste.
Amiga Lau! De nada, espero que este capi también te guste, todavía no sé exactamente cuantos capis va a tener
pero ... ya veremos.
Querida Pixel! Y que le vamos a hacer, Sevi es así o por lo menos me lo imagino así. Es el hombre de mis sueños y
creo que todas nos ofrecemos voluntariamente como sus compañeras, jeje. Sí, quería una mascotita y que mejor
nombre que Sevi ... es adorable.
besos a todas y buen fin de semana.